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HABACUC

 

Las respuestas de Dios a las preguntas de Habacuc revelan lo que Él piensa acerca del pecado y sus consecuencias, y cómo la fe es un elemento de gran importancia para poder entender nuestro destino final.

El nombre de Habacuc significa “abrazar” o “recibir con los brazos abiertos”, y puede referirse a la relación cercana que el autor tenía con Dios, y también a un tiempo futuro cuando nuestro Creador va a recibir abiertamente a todas las naciones cuando Él reine como el gobernante supremo.

Leamos Habacuc 2:20: “Mas el Eterno está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra”. Se describe a Jesucristo reinando sobre toda la Tierra en una época en la que todos los pueblos tendrán acceso a la paz y vida abundante como resultado del reinado justo de Cristo (Isaías 11:1-9).

El libro de Habacuc es el octavo libro de los Profetas Menores, pero realmente se conoce muy poco acerca del autor excepto lo que podemos leer en el libro que lleva su nombre. Es probable que haya sido contemporáneo de Jeremías, Nahúm y Sofonías.

Contexto histórico

Habacuc no hace mención de Asiria, pero sí hace mención del creciente poder caldeo (o babilonio). Por lo tanto, se puede concluir que él profetizó en Judá, posiblemente durante el reinado de Joaquín y poco antes de la invasión a manos de Nabucodonosor (Habacuc 1:6). No hay ninguna indicación de que las reformas implementadas por Josías estuvieran todavía en vigencia, ya que él se lamenta de la injusticia y la maldad que prevalecían entre los judíos.

Habacuc tenía la comisión de anunciar la invasión y destrucción de la nación a manos de los caldeos. El reino del norte de Israel ya había ido en cautiverio a Asiria, y Dios iba a castigar al reino del sur de Judá a través de los babilonios.

Un resumen de Habacuc

A continuación les presentamos un posible resumen de Habacuc:

Capítulo 1:1-4: La primera pregunta de Habacuc.

¿Acaso era Dios indiferente a los pecados de Judá, los cuales eran abominables y se estaban esparciendo sobre la Tierra? La nación era culpable de:

  • Violencia (Habacuc 1:2).
  • Saqueo y violencia (v. 3).
  • Conflictos y luchas (v. 3).
  • Olvido y abuso de la ley (v. 4).
  • Se aprovechaban de los justos (v. 4).
  • Corrupción y el mal uso del juicio (v. 4).
  • A Habacuc le costaba entender por qué a Dios parecía no importarle los pecados de Judá. Aunque él sabía que Dios si le importaba la maldad del pueblo, él necesitaba una respuesta.

    La respuesta de Dios fue que Él no iba a dejar al pueblo de Judá sin castigo, sino que Él mismo iba a levantar a los caldeos como vara de castigo y corrección (1:5-11). Los caldeos eran un pueblo cruel y terrible, que invadirían y arrasarían con la tierra de Judá.

    Capítulo 1:12-2:1: La segunda pregunta de Habacuc.

    La respuesta de Dios planteaba un mayor dilema y un misterio desconcertante para el profeta. ¿Cómo puede un Dios santo y justo castigar a Judá usando una nación aún más malvada e injusta? ¡El conquistador era peor que aquellos a quienes iba a castigar (1:12-17)!