¿Tiene Malaquías un mensaje para nosotros en la actualidad? Aunque
Usted se sorprenderá al descubrir que el tema principal del Malaquías, un libro del Antiguo Testamento, tiene tantas implicaciones importantes para su vida actual y en el futuro.
¿Dónde encaja Malaquías en la Biblia?
Malaquías es el libro final de los 12 Profetas Menores, que los eruditos judíos veían como uno solo, aunque registrado por 12 escribas diferentes en un período de tal vez 350 años. Estos 12 libros se llaman menores no porque sean menos inspirados o de menor importancia, sino porque las profecías son más cortas.
La Biblia muestra que debido a sus pecados, la tribu de Judá fue llevada en cautiverio por los babilonios, después de destruir a Jerusalén y al templo en el año 586 a.C. Un remanente de los judíos regresó del cautiverio y durante la época de los profetas Hageo y Zacarías, terminaron de reconstruir el templo (520-516 a.C.). Después de otros 60 años Esdras llegó para colaborar con el progreso de la nación. 13 años más tarde, fue seguido por Nehemías quien reconstruyó los muros de Jerusalén.
Para la época de Malaquías, los judíos habían vuelto a su tierra hacía más de 100 años. El templo había sido reconstruido y la ciudad de Jerusalén había sido restaurada.
Un libro de mensajeros
Malaquías significa “mensajero” y es traducido como “mi mensajero” en Malaquías 3:1. La implicación obvia es que Malaquías es un mensajero de Dios con un mensaje de Él. No se menciona nada más ni se conoce nada más acerca del autor.
Malaquías es un libro de mensajeros, y se pueden identificar cinco:
Primero, el profeta Malaquías fue uno de los mensajeros.
Se suponía que los sacerdotes eran mensajeros de Dios, pero eran culpables de fallar en el desempeño de sus labores sacerdotales de acuerdo con las instrucciones de Dios (2:7).
Juan el Bautista debía preparar el camino para la primera venida de Jesucristo (3:1).
Jesucristo es el Mensajero del pacto que va a regresar a su templo espiritual, la Iglesia (3:1).
Y está profetizada la aparición de un Elías del tiempo del fin, antes del “día del Eterno, grande y terrible” (4:5-6), para preparar el camino para la segunda venida de Cristo.
El contexto de Malaquías
En la época en que se escribió el libro de Malaquías, la condición espiritual del pueblo era deplorable y maltrecha. Algunos querían dejar de adorar a Dios. Otros eran muy escépticos acerca del valor que tenía en sí la adoración.
A medida que leemos a Malaquías, tal vez se sorprenderán por los pecados tan prevalentes en aquellos días: adulterio, mentiras, opresión de los pobres, matrimonios paganos, robar a Dios sus diezmos, sacrificios de baja calidad, un sacerdocio laxo y otras cosas más. Malaquías le profetizó a la nación que habían llegado a una baja condición espiritual. Ellos tenían un enfoque muy informal en su adoración a Dios, y los sacerdotes eran responsables porque no daban una dirección y guía espiritual adecuadas.
Un aspecto importante del libro es que las personas fallaban al no reconocer el amor que Dios sentía por ellos (1:2). En lugar de ello, se sentían indiferentes y acostumbrados al buscar a Dios, y no querían escuchar las advertencias y las predicciones. Había un espíritu de confrontación y debate entre el pueblo y Dios, incluyendo a los mensajeros de Dios. Su laxitud espiritual los conducía a una actitud de contención que los llevaría a su destrucción a no ser que se arrepintieran (4:6).