La epístola de 1 Juan fue escrita como una advertencia contra los falsos maestros que corrompían el verdadero cristianismo. ¿Siguen existiendo estas falsas enseñanzas hoy en día?
La epístola (carta) de 1 Juan es uno de los siete libros que muchos conocen como Epístolas Generales.
A pesar del hecho de que no hay evidencia interna directa de que el apóstol Juan haya escrito las tres epístolas llamadas 1, 2 y 3 de Juan, la conclusión de la mayoría de los historiadores de la iglesia a partir del segundo siglo en adelante es que el autor fue el apóstol Juan.
“El autor de la carta habla con autoridad, como un apóstol lo haría (1 Juan 1:2; 2:1; 4:6, 14). Él manifiesta tener conocimiento de primera mano de los hechos que sustentan el mensaje del evangelio (1:1-3; 4:14)” (J.D Douglas and Merrill Tenney, Zondervan Illustrated Bible Dictionary, p. 753) [Diccionario bíblico ilustrado de Zondervan]).
El autor se refiere a sí mismo como “el anciano” y a Cristo como el que “era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” (1 Juan 1:1).
Evidentemente, el apóstol Juan escribió las tres epístolas alrededor del año 80-90 d.C., mientras vivía en Éfeso, y era probablemente el único de los primeros apóstoles que aún vivía en ese tiempo.
Principales temas de 1 Juan
1. Juan hace mucho énfasis en la realidad de Jesucristo —su encarnación y su rol como Mesías. El hijo de Dios vino como un ser humano, vivió como un humano y murió mientras era un ser humano.
2. Juan dice que más allá de lo que decimos o sabemos, lo importante es si caminamos en la verdad y obedecemos los mandamientos de Dios.
3. Juan deja en evidencia a los falsos profetas y fortalece la fe de los verdaderos creyentes.
4. Juan subraya la importancia del compañerismo cristiano y el amor por los hermanos.
El propósito de 1 Juan
Las cartas de Juan pretendían tranquilizar y consolar a los miembros de la Iglesia que estaban luchando con personas hipócritas que pretendían debilitar la fe de los miembros a través de enseñanzas falsas y herejes.
Existe suficiente evidencia interna para sugerir que ciertas personas dentro de la Iglesia, probablemente miembros antiguos, estaban exponiendo herejías contrarias a las doctrinas verdaderas y fundamentales.Estos herejes habían desertado de la verdadera fe e intentaban apartar a los miembros de la Iglesia: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (2:19). Estos falsos maestros eran miembros antiguos que se estaban esforzando por engañar y llevar a los miembros de la Iglesia por el mal camino (2:36; 3:7).
El Diccionario bíblico ilustrado de Zondervan dice: “El propósito del autor es advertir a los lectores en contra de los falsos maestros que tratan de engañarlos, y de exhortarlos a que se aferren a la fe cristiana que han recibido”.